Juan Carlos Lomónaco, director huésped
El momento clave de la noche fue cuando el director
invitado, Juan Carlos Lomónaco, entró al escenario para dirigir a la Camerata
de Coahuila en el Concierto para violoncello en La Menor opus 129 y aplaudió a
Sergey Kosemyan, cello principal de la orquesta y solista en el segundo
concierto de otoño, y el climax sucedió unos minutos después, cuando el público
aplaudió entregado a su orquesta y a uno de los músicos que más estima: el cellista armenio condecorado por la Unesco, solista que impacta en cada concierto, fue
uno de los momentos más bellos de 2014 en el escenario del teatro Nazas.
La orquesta inició la noche de 34 grados
centígrados, con la obertura “Los Capuleto y los Montesco”, de Vincenzo Bellini
en el homenaje al 450 aniversario del bardo de Avon, William Shakespeare con la
fuerza y emoción que caracteriza al director Lomónaco. El público se contagió
rápidamente de esta emoción y energía y rápidamente estaba a la espera del
concierto de Robert Schumann.
El cellista Sergey Kosemyan
Para la segunda parte, la Camerata tocó “Música
Incidental a Sueño de una noche de verano opus 21 y 61”, de Félix Mendelssohn,
una de las obras consentidas del autor, un segundo momento de la noche que
impresionó a propios y extraños por la belleza de la música de Mendelssohn y
también por la seguridad del ensamble que hace equipo con Juan Carlos Lomónaco.
Al final, el director huésped pidió a sus músicos
que se pusieran de pie para agradecer el aplauso del público, comenzó por la
flautista Katherine Calvey y el oboe
Ioseb Gamilagdishvili, todos estaban muy contentos y el placer de haber
compartido esta música se complementó al momento en que Lomónaco pidió a
Kosemyan que pasara al frente, con todo y cello, para recibir el aplauso de los
asistentes.
Sebastian Kwapisz, concertino invitado
Una noche redonda con el buen recuerdo de Shakespeare,
el programa estupendamente seleccionado por el director artístico del grupo:
Ramón Shade, quien escuchó el concierto desde
el lunetario y un solista que se ha convertido en consentido de los
seguidores de la Camerata de Coahuila que aplaudieron prolongadamente con la
esperanza de un encore, sucedió igual al terminar el concierto de Schumann.
Notas:
No vimos ya a Dmitri Myzdrikov entre los violines segundos, y sí a Arturo
Varela. La violinista ucraniana Romana Rudoman, luce su juventud y embarazo en
la llegada del otoño de terregales en la Comarca Lagunera. Y, el siguiente concierto
será el viernes 12, víspera de la celebración de la Independencia, Ramón Shade
dirigirá un recital con música mexicana de Chávez, Castro, Revueltas y Márquez,
el pianista invitado será Rodolfo Ritter.