jueves, 23 de abril de 2015

GRAN CONCIERTO DE LA CAMERATA



Mariana Chabukiani al piano y Salmón del Real en la batuta para la interpretación de la Camerata de Coahuila, del conicerto para piano de Grieg. ¡Eso hay que verlo!

Este viernes 24 a las 20:30 horas podremos escuchar el octavo concierto de la temporada Primavera Verano 2015con la pianista consentida de Coahuila y el director de la Orquesta Sinfónica de Michoacán que ha dirigido orquestas y ensambles de cámara en diversos países europeos desde 2002, como la Orquesta Filarmónica de Trier, Alemania y la Orquesta y Coro de graduados del Conservatorio de París, Francia,  entre otras.

El público del teatro Nazas escuchará también la obertura a “El Cazador Furtivo”,  de Carl María Von Weber y la Sinfonía No. 3 “Renana” de Robert Schumann.

El concierto para piano de Grieg, es uno de los trabajos más destacados del compositor de origen noruego. Con los tres movimientos clásicos de la forma, posee una serie de elementos tomados del folklor noruego que le dan su sello característico y que constituyen parte de los esfuerzos de su autor por encontrar “un sonido nacional”.

Y Schumann es considerado uno de los grandes compositores del siglo XIX, fue un artista cuya vida y obra personificaba la esencia del Romanticismo musical. Su Sinfonía No. 3, “Renana”, fue escrita durante 1850, cuando Schumann era el director musical en Düsseldor, y recoge las impresiones que la región a ambos lados del río Rin. Con cinco movimientos –que tienen precedente en la Pastoral de Beethoven–, esta sinfonía combina dos fuerzas que se entremezclan a lo largo de la obra: el conservadurismo en la forma y una exuberancia rítmica aunada a una enorme inventiva melódica.




Nombrado por concurso nacional, Director Titular de la Orquesta Sinfónica de Michoacán en octubre de 2012, Miguel Salmon Del Real ha dirigido orquestas como el Ensemble Cosmopolitano en Berlín,  Alemania y el London Steve Reich Ensemble , de Londres, Inglaterra.
En 2009 recibió el grado de Maestría en Dirección Orquestal por el Conservatorio de Amsterdam , Holanda. En 2005 obtuvo la licenciatura en Composición musical por el Conservatoriode La Haya, Holanda.
En 2007 se convirtió en el primer joven director invitado por segunda vez para tomar parte activa en los cursos de Dirección Orquestal de la Academia del Festival de Lucerna, Suiza, fue seleccionado por concurso mundial por el legendario Pierre Boulez en 2005 y por Peter Eotvos en 2007. En 2006, Boulez  dijo de él: "sin duda, ha probado ser un músico serio y talentoso".

Ganador por decisión unánime del primer concurso para directores mexicanos 2012 de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, a dirigido entre otras a la Filarmónica de Jalisco, la Filarmónica de Sonora,  la Filarmónica de Zacatecas, la Orquesta Sinfónica de Puebla, la Sinfónica de San Luis Potosí y el Ensamble Nuevo de México del cual es director titular, y con el que ha realizado cerca de 70 estrenos absolutos de compositores mexicanos vivos.
Entre 1996 y 2002, antes de partir a Europa, realizó sus estudios de Dirección Coral, Dirección Orquestal, Musicología e idiomas (Padre Xavier González) y Composición (Juan Trigos y Víctor Rasgado) y piano (Gustavo Morales), además de completar de manera particular el taller de estudios polifónicos con Humberto Hernández-Medrano y cursos humanísticos, varios con Ernesto de la Peña. 



Por su parte, Mariana Chabukiani nació en Tiblisi, Georgia inició sus estudios musicales a los 6 años, a los 8 participó en el concurso republicano de jóvenes pianistas y obtuvo Mención Honorífica, a los 10 obtuvo el primer lugar en el mismo certamen y en el Concurso Republicano para dos pianos, mas tarde tocó con la Orquesta Sinfónica Nacional de Georgia. En 1997 obtuvo el grado de maestría con los máximos honores como solista, solista de música de cámara, acompañante y profesora. Sus estudios  de posgrado también los realizó en el mismo conservatorio armenio.
En 1998 llegó a México y un año después grabó un disco con música de Ladislao Juárez y se convirtió en pianista de la Camerata de Coahuila y mantiene un repertorio con música de Bach, Mozart, Beethoven, Mendelshon, Shostakovich y Chopin.
En 2013 formó el “Classic Art Trio” con la violinista Romana Rudoman y el chelista Sergey Kosemyan para difundir las grandes obras de la música de cámara. Y mantiene su academia de piano para preparar a jóvenes pianistas de la región.

jueves, 9 de abril de 2015

LA CASA DE PITA, GUANAJUATO.

 Vista de la Casa de Pita en el callejón  de Cabecita, Guanajuato, Gto.


Alcanzamos a ver el altar a la Virgen de los Dolores en la recepción de la típica casa guanajuatense y por la noche, desde la ventana a nivel de la calle, vimos pasar a tres estudiantinas que se detuvieron a unos metros para cantar una versión muy divertida de “La Víbora de la mar”,  contar chistes y seguir su camino por los callejones de la ciudad de Guanajuato, Gto.
Durante seis días estuvimos en el corazón mismo de la Joya Colonial de América, el barrio donde estuvo la hacienda de beneficio Mexiamora y que cuenta con el callejón de Cabecita y la Casa de Pita, desde donde se ve la sencilla, humilde y más bella plaza de la ciudad, que cuenta con apenas algunos árboles, unas cuantas bancas, una fuente y una escuela primaria; un conjunto urbano que parece de cuento de hadas.
La casa morada, con balcones, tapancos, habitaciones con nombres poéticos y  la mejor de las anfitrionas: Pita Valtierra, es el lugar ideal para ver la ciudad desde sus impresionantes terrazas, para probar las enchiladas más sabrosas, comer un tamal vegetariano envuelto con rajas y saborear unos pequeños y asombrosos molletes.
Es el punto de partida para una excursión deliciosa por las cercanías de la calle Cantarranas y su maravillosa panadería La Infancia, su mini plaza con un solo árbol y el teatro Principal y continuar por la plaza popular y colorida Plaza del Baratillo, donde se desayunan gorditas y panes callejeros con jugos de todos sabores y de donde parte la subida de la Alameda, la calle de las frutas y las verduras.

 Procesión del Jueves Santo en San Roque, Guanajuato, Gto.



Luego se regresa a la Casa de Pita para descansar, admirar sus balcones, observar la casita de cerámica en la recepción, que es la misma Casa de Pita en miniatura, descubrir los platones de Capelo sobre una pared del comedor y salir de nuevo a la aventura guanajuatense.
A la mañana siguiente vivimos el momento más importante del día, el desayuno, donde los huéspedes se reúnen para saludar, planear la jornada, saborear las delicias de la cocina de Pita, conocer personas que también disfrutan del lugar y de la ciudad y descubrir, o re descubrir al arte popular mexicano que tiene en la cerámica tipo talavera su hogar en el estado.
A la Casa de Pita regresamos luego de las Tres Caídas de la iglesia de la Compañía y de la procesión del Viernes Santo en las cercanías del Templo de San Roque, donde nuestros pasos se cruzaron con el eco de la procesión de La Compañía y desde esa casa escuchamos la llegada de los cargadores que venían desde Los Pastitos y llegaban a la iglesia vecina de Mexiamora para la Misa de Resurección, ya iniciado el domingo.
Instalados en esa hermosa casa seguimos escuchando el paso de las estudiantinas y los turistas, también se oyen los ruidos del barrio, del señor barrendero, del vendedor de gas, de las señoras cuando regresan del mercado, de los visitantes que se pierden y pasan por el  callejón una y otra vez. También de los visitantes extranjeros que en inglés, japonés o alemán conviven sentados a la mesa del comedor de la casa morada y donde conocimos personas que ahora son nuestras amigas, como Andrea López y Rocío Bautista, de Churubusco, Distrito Federal.

              Plaza de Mexiamora, Guanajuato, Gto.

Fue una semana de caminatas interminables por el barrio de San Luis, para visitar las tiendas de cerámica,  de recorridos por la exposición de artesanías guanajuatenses en el centro de la ciudad, de sonreír ante los actores-estatuas disfrazados de mineros, señores en el club burgués, charros bravucones y los mimos de la escalinata en el teatro Juárez.
Días de visitas a las Siete Casas, de asombro total ante la veneración religiosa de los guanajuatenses, de admiración por una ciudad  que desde su sencillez es la cuna del Cervantismo en América y que sorprende al visitante a la vuelta de cada callejón con hoteles, hostales, casas de huéspedes que aprovechan la belleza de la ciudad y de viejas casonas rehabilitadas como alojamientos boutique que van más allá del turismo convencional para ofrecer al visitante verdaderas joyas arquitectónicas como el Mesón del Rosario, una antigua posada de arrieros, o El Rincón de los Ángeles a unos metros de la Plaza de los Ángeles.
Ciudad de espléndidos y accesibles restaurantes como Las Cazuelas, Tulum o El Truco, que instalados en cualquier rincón de la villa minera, ofrecen el mejor mole, enchiladas mineras, pambazos, tortas de carnitas… un paraíso que se vivió a plenitud durante los Días Santos en las calles aledañas a la iglesia de La Compañía.
Villa de pequeñas, minúsculas plazas, museos que son tesoros como el del Pueblo, la casa de Diego Rivera y la maravillosa Casa Museo de Olga Costa y Chávez Morado.
Una ciudad inolvidable a la que hay que regresar, una y otra vez y a la que añoro en estos momentos en que escucho a un trío norteño en Ciudad Lerdo, Durango, mientras sueño con ir de nuevo al comedor de la Casa de Pita y escuchar a su anfitriona que cuenta historias de viajes y amistades, lo hace como Chaucer o Bocaccio, con esa misma magia.