jueves, 8 de febrero de 2018

ADIOS NAZARIO ADIOS

Se fue el carnalito y dejó dicho que al tercer día sigue la fiesta.
Nazario Simón dejó este mundo donde será recordado por muchos, durante mucho tiempo.
Pintor, escultor, constructor de sueños, líder de grupos de artistas, de los Nazarios; pero sobre todo, amigo de la comunidad artística de La Laguna, a quienes recibía en sus casas del centro y del cerro, en Gómez Palacio.
Así fue Nazario Simón, artista que perteneció a una gran generación de creadores plásticos que en los años 60 y 70 pusieron muy en alto el nombre de Laguna, cuando fueron disidentes, muy trabajadores y abrieron camino, demostraron que con talento, sentido del humor y trabajo, mucho trabajó, se puede trascender en el desierto.
Se fue el narrador
de las mil anécdotas, la figura reconocida por todos en el bulevar Miguel Alemán, que recorrió una y mil veces para regresar a casa desde la CFE
También fue constructor de dos de las más bellas casas de la Región y de un jardín botánico del semi desierto que domina la ciudad desde la ladera del cerro y la cercanía del río Nazas.
La banda de los Nazarios se va juntando en el cielo, alguien tendrá que ir a visitarlos para ver si están bien atendidos, porque ahora él es el invitado y no el anfitrión,
como le gustaba tanto serlo.
Se van adelantando, jóvenes de espíritu y de corazón que cambiaron su dirección, no pudieron llevarse en el camión  de la mudanza su obra plástica, se que una parte esta en la galería de Hans Simón, hijo y amigo entrañable de Nazario, en un hermoso sitio en el cerro Simón.
Los amigos de los años mozos, los amigos del siglo XXI, todos los creadores comarcanos, se están despidiendo del líder, del anfitrión de charlas interminables, han escrito en el muro de Hans
 su despedida, su hasta luego al camarada que siempre sonrío y nunca dejó de trabajar .
Hoy es jueves 8 de febrero, agrego estas notas a lo que durante muchos años he dicho de los Nazarios, sus familias están contentas porque ellos trascendieron su estancia en esta tierra bendita que es La Laguna.
Ahora toca, a los que seguimos aquí, buscar y encontrar un lugar donde las nuevas generaciones puedan admirar la obra de todos ellos; un Museo, una galería digna donde se investigue, promueva y conserve la obra de una generación importante que abrió brechas que aún hoy siguen abiertas.
Estoy leyendo frases muy emotivas de quienes conocieron al creador, de la pintora Laura Velazquez, por ejemplo; se despiden por el momento del Maestro, el amigo, el artista.
Yo también lo abrazo en la distancia y le agradezco a los Nazarios por los buenos ratos que he pasado con ellos.
Y desde aquí saludo a Alonso Licerio, uno del colectivo, él me presentó a los Nazarios en los años 70, un grupo que navegó en el desierto y llegó a buen puerto.
Hasta pronto carnalito.


martes, 6 de febrero de 2018

MANDARINAS PARA LOS ABSURDOS DE LA GUERRA

Vi "Mandarina", del georgiano Zaza Urushadze un filme intimista sobre situaciones límite de violencia,  donde el ser humano reacciona de acuerdo a instintos, educación y circunstancias y en unos segundos se plantea la posibilidad del perdón, la reconciliación y la solidaridad, o la conducta salvaje que reproduce violencia en una espiral sin fin.
La película narra de una forma muy humana, hermosa, intimista, una situación absurda que retrata, sí, la guerra de Georgia contra Rusia por el control de la Región de Abjasia en los años 90 del siglo pasado. Resabios de la Guerra Fría que aparentemente termino con la desintegración de la URSS a partir de la caída del Muro de Berlín, pero que en realidad continúa con lamentables consecuencias que nadie quiere ver en el Caucaso, los Balcanes o la península coreana.
"Mandarina" presenta una anécdota aparentemente pequeña que en realidad resume en 87 minutos los absurdos de cualquier guerra y habla sin cortapisas de la conducta humana cuando se deja de ser humano; o cuando inesperadamente se recupera la capacidad de indignación y de sacrificio para honrar a la especie.
La cinta de Zaza Urushadze se ubica en los bellos paisajes montañosos de Absajia, región de ascendencia estonia, que peleó, apoyada por Rusia,  para separarse de  Georgia, como lo haría 6 años después Osetia del Sur, en un tablero de ajedrez político, étnico, religioso y absurdo, con guerras atroces como la Chechenia, donde el tráfico de drogas era un motivo real, así como en Abjasia el trasiego de petróleo fue una motivo sustancial del conflicto.
Ivo (Lembit Ulfsak) es un carpintero que decide quedarse en su casa a pesar de estar enmedio del conflicto, convive con su vecino Margus (Elmo Nuganen) que trabaja en sus árboles de mandarinas y  el médico Juhan (Raivo Trass) ; un mal día aparecen en su vida el soldado georgiano Niko (Mikheil Meskhi) y el mercenario checheno Ahmed (Giorgi Nakashidze).
La cinta estuvo nominada en 2014 como mejor película extranjera en los Globos de Oro y los Óscar.
Urushadze mostro en esta pequeña obra maestra, la necesidad de reflexionar constantemente, sobre la necesidad de pensar primero en el prójimo y guardar las armas antes de cometer una barbaridad que no tendrá remedio, véase los casos incendiarios de las guerras patrocinadas por Moscú en Abjasia y Osetia del Sur.
No podemos olvidar tampoco la  reacción ultra violenta del ejército ruso contra Chechenia en las dos guerras que libraron contra los separatistas musulmanes de esa parte del Caucaso y que prácticamente borró del mapa a la capital Grozny, que a pesar de todo resurgió, como lo hicieron Sarajevo y otras ciudades en conflictos dispratados de los últimos 25 años en una Europa que después de ejemplos humillantes como la masacre de Katy, Polonia, en la Segunda Guerra Mundial, parecía un territorio civilizado.
Vea "Mandarina" en www.youtube.com y otras plataformas.