martes, 30 de junio de 2009




Estoy sorprendido.

Después de muchos años regresé a San Pedro del Tongo, municipio de Nazas, Durango. Lo recordaba como un pueblo semifantasma luego de la emigración ocasionada por la creación de la presa Francisco Zarco, mejor conocida como "Las Tórtolas"; sus habitantes fueron a vivir a un nuevo poblado en lo alto del rumbo ("Lázaro Cárdenas"), Gómez Palacio, Dgo. y Torreón, Coah., o ya estaban en alguna zona agrícola de la Unión Americana. Sólo algunos cuantos permanecieron en el pueblo, a la espera de los visitantes ocasionales y la búsqueda de tesoros la noche de "Viernes de Dolores" entre los patios y las tapias de las casas abandonadas.

Esa era la imagen; Pedro, Olga y un servidor de visita en casa de los papás de Alba, extrañas visiones nocturnas de sus calles, recorridos por los "federalitos" en las márgenes del río Nazas, a la altura del actual puente de Paso Nacional en el mismo municipio.

Regresé fortuitamente, en compañía de nuevos amigos y en busca de locaciones para tomar fotografías. Buscamos el pueblo, escuchamos las instrucciones cuando no lo encontramos y una señora nos platicó con amabilidad y paciencia que todo lo compró un señor de Torreón, que los antiguos dueños regresaron para tomar lo poco útil que quedaba en sus casas... y se fueron.
Quedan cuatro o cinco casas en una lomita, la capilla de San Pedro del Tongo en espera de su fiesta anual, un horno de adobe en algún patio, dos o tres casas habitadas ocasionalmente, un nuevo vecino ... y muchos recuerdos.

INEGI informa que hay 24 habitantes en el lugar que pertenece a un Municipio también en despoblamiento, la proyección para 2015 marca una disminución importante y sólo se ve actividad en Paso Nacional, que de hecho ha crecido.

Y si fuésemos más lejos en la carretera vecinal , hacia San Pedro el Gallo y San Luis del Cordero, la situación no va a cambiar , antiguos vecinos se fueron a ciudades cercanas, otros emigraron a E.U.A. y los que regresan ocasionalmente, añoran los viejos tiempos.
Para originarios de Nazas, Durango, que viven en Cd. Lerdo, Gómez Palacio, Dgo. o Torreón, Coah. la nostalgia regresa al vivir las fiestas del Santo Niño del Tongo en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, frente a la Plaza de Cd. Lerdo, Dgo. Niño Dios que ha desaparecido, y vuelto a aparecer de la parroquia en varias ocasiones; quizá por ello ahora tiene una capilla a su disposición, donde es mejor cuidado.

No puedo negar la fuerza del progreso, pero ¿qué pasará con las historias de los viejos pastores en la Sierra de Mapimí, que esperaban la llegada de pequeños mensajeros con noticias sobre fiestas, sepelios, ferias que llegaban al pueblo, recados de las novias, la familia o los amigos? ¿Y las maestras jubiladas que hacían queso en el portal de su casa, por la noche, mientras contaban algun cuento a los pocos vecinos y visitas?

No solo el arte popular pierde con la desaparición de pueblos en Nazas, Rodeo, San Juan de Guadalupe o Simón Bolívar, por hablar solo de esta parte del estado de Durango. Se pierden formas de vida, de concebir el tiempo libre, de sentirse dueños de su entorno, sus imágenes religiosas, sus huertas, sus ríos, sus bailes, sus fotografías familiares, las pinturas en sus iglesias, su música...
Y esta realidad se acerca a nuestro entorno, a los ejidos que son absorbidos por las ciudades laguneras: Allende, San Luis, La Merced, El Tajito, San Antonio de los Bravos, Albia, La Unión o Zaragoza, en Coahuila; Cuba, Los Ángeles, San Ignacio, Gregorio García o El Huarache, en Dgo. son algunos de estos sitios donde se pierden verdaderos tesoros familiares: puertas, cerrojos, ventanas, mesas, sillas, camas, herrajes, norias, álbumes familiares : piezas del llamado arte aplicado, ex votos, fotografías retocadas con óleo, arte popular, esencia misma de la vida.

¿Qué nos espera en el futuro?, ¿Qué pasará con nuestras ciudades, con las avenidas Morelos en Torreón, Coah., Hidalgo en Gómez Palacio y Francisco Sarabia en Cd. Lerdo, Dgo?, ¿Cómo hablaremos dentro de 20 años de sus tesoros familiares, de los negocios que están ahí, de las iglesias, de los murales en las escuelas, de sus cuentos urbanos, de sus vidas comunitarias?

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