sábado, 7 de agosto de 2010
Saramago, la poesía de la vida
"Jerónimo pastor y contador de historias que al presentir que la muerte venía a buscarlo se despidió de los árboles de su huerto uno por uno abrazándolos y llorando porque sabía que no los volvería a ver".
José Saramago.
Poeta de la vida y la literatura, campesino portugés, racional y profundamente humanista, José de Sousa Saramago vivió 88 años entre Portugal y las Islas Canarias, España. Tuvo dos etapas muy marcadas en su vida, hasta 1969 y desde 1974. Primero como periodista, escritor temporal y ciudadano politizado. La segunda a partir de su militancia formal en el PC portugués, su participación en "La Revolución de los claveles" que derrocó a la dictadura más antigua de Europa y el ser escritor de tiempo completo.
El resultado: un grupo de libros extraordinarios por su radicalismo humanista que parte de supuestos absurdamente humanos: "Qué pasaría si..." si todos nos quedáramos ciegos de pronto, si la península ibérica se separara físicamente de Europa, si el resultado de una elección fuera de 85% de boletas en blanco, si Jesucristo hubiera vivido maritalmente, si... entonces el escritor de "Memorial del convento" quiere que sus personajes reaccionen solidariamente, pero los tiene que dejar vivir y escogen la Caverna (de Platón), la oscuridad, una y otra vez.
Las referencias aparecen a cada instante, "El señor de las moscas" , "El Leviathan", "El ángel exterminador"... relatos sobre situacionees extremas que obligan a tomar decisiones aún contra su voluntad: la boda en Canán donde Jesús sabe que aún no es su momento.
Saramago se definió "cuanto más viejo más libre, cuanto más libre más radical" y "soy cada vez menos proselitista. Que vaya cada uno donde pueda con sus propios medios: gurús y guías son malas compañías". Busca afanosamente que reflexionemos. que hagamos filosofía como un ejercicio cotidiano sobre todo lo que puede sucedernos a los ciudadanos comúnes, al taxista y a la prostituta de "Ensayo sobre la ceguera", a la prostituta de "El Evangelio...", al hermano de "Caín", a la muchacha que traza una línea en España en "La balsa de piedra"...
En su binomio de ensayos, primero sobre la ceguera y luego sobre la lucidez, Saramago nos presenta personajes sin nombre como el oftalmólogo que se queda ciego, el alcalde que renuncia a su puesto porque está en desacuerdo con el gobierno que abandoó a su ciudad, el comisario que se pone del lado de la ciudadana delatada... que tratan de ser solidarios ante situaciones absurdas que los envuelven y no les dan muchas opciones, casi es obedeces a tu deber ser, o
sucumbirás. Le sucede a Caín, a Jesús.. quizá solo María de Betania se siente realmente bendita en las novelas de Saramago. Porque María es cuestionada por José y por Jesús, José muere crucificado por los romanos, el ladrón de autos muere en los primeros momentos de la estancia en el manicomio de los ciegos...
Prácticamente no hay salida y cuando descubres que hay forma de salir de la caverna, el tema recurrente en la obra de Saramago, poco puedes hacer para salvar a los otros.
A semanas de la muerte del premio Nobel portugués, la editorial Porrúa cita a "El ensayo sobre la ceguera" en segundo lugar de ventas. Las librerías Gandhi ubican en el quinto sitio a "El evangelio según Jesucristo" y Librería Cimaco vende bien "Caín".
Ojalá se extienda la consulta a "Los Cuadernos de Saramago", se conozca más la obra del autor que tuvo que dejar la escuela cuando niño por falta de dinero, que viajó a México para platicar con el subcomandante Marcos, que señaló con tristeza que "El antiguo colonialismo no ha desaparecido, se ha multiplicado en una diversidad de versiones locales".
Para muchos, Saramago exageró en sus supuestos, no tenía por qué llevar a Jesús al extremo de vivir tan mundanamente. Tampoco había necesidad de descubrir que los santos de la iglesia tenían los ojos vendados, y se pasó al mandar a la península ibérica al Atlántico, a la deriva. Por ello los concejales de Oporto se negaron a poner el nombre del autor de "Levantado del suelo" a una calle de la
ciudad.
Hoy celebramos la escritura de un hombre sencillo, de campo, sin palmarés escolar, tiernamente humano, experimental en el mundo de la ortografía, humilde, agradecido con la vida y tremendamente crítico que no tuvo que dar nombre a algunos de sus personajes, ¿para qué? si son universales.
"Mi abuela Josefa Couxinha sentada ante la puerta de su pobre casa donde entonces vivía sola pensó el mundo es tán bonito y yo tengo tanta pena de morir".
José Saramago.
Etiquetas:
Saramago con el Nobel,
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su esposa
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Angel,
ResponderEliminarGracias por ese acercamiento que nos diste a la vida y obra de Saramago en nuestra primera Tertulia organizada por Librerìa Cimaco.
De tu parte, fue un acto generosìsimo llevado con inteligencia y pleno conocimiento.
Todas salimos muy motivadas.
Gracias. Gaby Nava
Angel: recibe un fuerte abarazo!!!!
ResponderEliminarPP REYNA