sábado, 22 de septiembre de 2018

Los jóvenes, Spielberg y la realidad virtual

¿A quién le conviene tener a los jóvenes entretenidos con la realidad virtual, a tal nivel que se abstraen casi por completo de la realidad?

Ví "Ready Player one" (2018, 140 minutos) en el cine club de la preparatoria Miguel de Unamuno,  película inquietante sobre una sociedad hiper "videotizada" donde los verdaderos intereses de "Oasis" y otros recursos de entretenimiento, están relacionados con el control enfermizo y dictatorial de la sociedad.

Luego de un inicio trepidante, lleno de violencia visual y auditivia, la música es de Alan Silvestri y me pareció excesiva, el filme se centró con dificultad en un discurso interesante sobre la lucha por el poder, a cualquier precio, con cualquier recurso.

Aquí hay mucho más que una anécdota convencional de tesoros escondidos, revanchas personales y aventuras de Cupido. "Ready Player one" es una historia que previene sobre sociedades totalitariasque enajenan a sus jóvenes con juegos hiper violentos.

No puedo dejar al margen la observación obvia a la serie casi infinita de referencias culturales a la cultura popular estadounidense de la parte final del siglo pasado.

El auto de Wade (Tye Sheridan), el héroe juvenil de la historia, remite directamente a "Regreso al Futuro", la pareja Wade-Samantha (Olivia Cooke), bailan "Fiebre del Sábado por la Noche" en la disco del futuro y la banda entera de Wade entra de lleno al hotel de "El Resplandor", de Ridley Scott...

Hay más, el obstáculo mayor en la carrera de autos y motocicletas es King Kong y cuando Wade huye hacia el callejón, es un guiño a "Después de hora".

"Ready Player one" es una vuelta de tuerca a un tipo de cine que anuncia una sociedad global tecnificada en exceso y que es víctima de su propia ambición. Es un filme que rinde tributo a "BladeRunner" e Hijo del Hombre", en su concepto estético y a una literatura futurista que plantea hipótesis que comienzan a vislumbrarse como posibles.

Es bueno mencionar que la película del venerado Steven Splielberg, parte del exitoso libro de Ernest Cline, literatura y cine en el mismo presupuesto argumental, la tecnología al servicio de poderosos que en su ambición son capaces de todo.

Bien por los jóvenes del video club en la prepa Unamuno.






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