EL MORRAL DEL ALFABETIZADOR

"Hay que alfabetizar, las universidades son muy nobles, tienen muchachos que pueden hacer su servicio social alfabetizando" dijo el 4 de junio de 2019,  Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, el funcionario estuvo en la Universidad La Salle Laguna para arrancar la Campaña de Fomento a la Lectura denominada "Laguna Región de Lectores" de la Sub Secretaría de Educación en La Laguna de Durango con un colectivo de escuelas, universidades, promotores independientes e insituaciones culturales.

La intervención del escritor el martes, fue de llamado al diálogo, al trabajo, a las ideas generadoras de acciones positivas y de que ya se pueden iniciar proyectos y actos en esta campaña.
Habló de una Feria del Libro, de abaratar costos de los libros, que cuestan ya en el FCE desde 8 pesos y de la visita periódica a La Laguna, del Libro Bus

 También habló de la urgencia de ver el país como es, sin filtros, aceptar que se lee poco, pero sin creer en cifras alarmistas, aunque sí tener la responsabilidad de enfrentar la realidad del analfabetismo, que ronda en Coahuila y Nuevo León, en el 2.2% y en Durango en el 3%.
Taibo fue claro, hay que cargar el morral del alfabetizador y salir a la calle a trabajar como lo hicieron 3,000 maestros voluntarios en la Cuba de la Revolución de los comandantes en 1960 los que bajaron el analfabetismo, del 20% al 3.9%, que enfrentaron de todo y establecieron territorios libres de analfabetos.

 Algo similar pasó en 1981, cuando Nicaragua realizó una campaña - con el apoyo de Cuba- y bajó su índice de analfabetismo, del 50% al 13% según cifras de la Unesco.
Lo hizo con la participación de profesores cubanos y de 60,000 voluntarios nicaragüenses.

 El secreto de esas campañas fue el compromiso de una juventud que creía en su revolución y de métodos que fueron corrigiendo en el camino a partir de una guía llamada Manual de Brigadas y un cuaderno de trabajo conocido como Cartilla.

 Cuba luego fundó su Consejo Nacional de Cultura  y la Editorial Naciónal, comprendió el papel de la alfabetización, la edición de libros y el trabajo de las bibliotecas como herramientas de liberación.

 Por otra parte, México tiene un prestigio internacional en su lucha contra el analfabetismo y en favor de una educación popular, gratuita y laica  y como otros países de América Latina, ha pagado con sangre sus procesos alfabetizadores, como sucedió en el gobierno del General Lázaro Cárdenas, cuando los profesores en la sierra de Durango, por ejemplo, eran perseguidos por caciques que no querían cambios.

Lamentablemente el Instituto  de Educación para los Adultos y otras instancias, tienen mucho qué hacer en entidades como Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, donde está el mayor rezago educativo nacional y no dejar de trabajar en estados como Durango y Coahuila donde el promedio de analfabetismo es de los más bajos en el país.
Finalmente una frase de Taibo II:
"A media hora de Monterrey hay un índice de analfabetismo de dos dígitos, cómo dejaron que pasará eso?