lunes, 20 de abril de 2020

QUE SE QUEDEN EN SU CASA

El intendente de Buenos Aires, Argentina, el economista Horacio Rodríguez, encendió la hoguera que estaba lista para la polémica internacional: "Los mayores de 70 años  deben tramitar una autorización especial para salir a la calle y solo tendrá validez para un día determinado".
Lo secundó Francois Delfraissy, asesor del premier francés Emmanuel Macron y mayor de 65, con "los mayores de 65 años o con patologías graves deberán continuar en confinamiento"

La ensayista Beatríz Sarlo exclamó "esto es un estado de sitio selectivo, es insultante para los que trabajamos" y el filósofo Pascal Bruckner puso el dedo en la llaga en unos de los dos temas sustanciales, las constituciones de los países democráticos y la libertad: "el confinamiento por tiempo indeterminado de los ancianos es inconstitucional y rompe el principio de igualdad".
La Canciller alemana Angela Merker  fue tajante "encerrar a nuestros adultos mayores como estrategia de salida a la normalidad es inaceptable desde el punto de vista ético y moral".
Ya la escritora Simone de Beauvoir había escrito en "La vejez" hace 50 años: "la sociedad escudada en los mitos de la expansión y la abundancia, trata a los ancianos como parias"
Al oir esto Emmanuel Macron supongo que recordó que está casado con su antigua maestra de primaria, Brigitte, hoy de 67 años de edad y paró en seco lo de mantener recluídos en sus casas a los mayores de 65 años.
¿O le habrán dado en la cabeza con el borrador escolar?

Entró al ruedo el pensador Alain Minc y sentenció que en estos días estamos viviendo "La rebelión de las canas", lo pretendido es un arresto domiciliario para los ancianos.
Sin duda estamos viviendo días inéditos, hoy mejor que nunca se aplica el efecto mariposa...la internet lo hace efectivo.
El debate se centra en las libertades individuales, de todos, no solo de los adultos, o adultos mayores, también los niños.
Recuerdo esta tarde el filme del japonés Shihei Imamura "La balada del Narayama": que los mayores de 70 vayan a la montaña a morir.
Entramos entonces a otro dilema, ¿ que los adultos mayores se queden en casa mas tiempo por el bien comun?

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