Momento en que develan el mural Orígenes de identidad
Max Ríos estaba muy contento y el público en la Casa de la Cultura se dio cuenta. Relató el
contenido del mural realizado por el colectivo “El Tendedero Lagunero” del que
forma parte y que es liderado por Tomás Ledesma y subrayó la esencia de los
pintores que en pocos años han destacado por la búsqueda de un concepto en
construcción: la identidad de los laguneros.
Pintado en lienzo sobre bastidores en el Centro
Cultural Comunitario “Pilar Rioja” de Torreón, Coahuila, la pintura fue
trasladada a Viesca, Coahuila y develada por Rubén Moreira, gobernador del
estado, en el cumpleaños número 283 del pueblo mágico.
Los tendederos contaron con el apoyo de la
presidencia municipal viesquense y la Secretaría de Cultura de la entidad para
esta labor que se sumó a un intenso 2013 donde los artistas celebraron conferencias,
debates, exposiciones y otras actividades en busca de esa palabra mágica y
huidiza: identidad.
Gorditas rellenas de asado, las dunas de Bilbao, un
señor en la orilla del río Nazas… es la búsqueda que continúa y encuentra muros
para seguir con la pregunta.
Entre los integrantes del colectivo el joven Juan
Carlos Monrreal respondió a un encargo y plasmó en una pared del restaurante “Lotería” en el centro
de Torreón, otros detalles sobre el mismo tema. Pati G. Santiago trabaja en su “Estudio
Cuatro” con los mismos cuestionamientos. Esteban Cervantes da toda la promoción
a estas tareas mientras que Max Ríos
–originario de Chihuahua- dijo durante su exposición el día de Santiago
Apostol, “nosotros los viesquenses”…
Una laguna
seca, árida, semidesértica, polvorienta, con pueblos semi habitados que
resurgen el Día del Ausente, aquí todo es color ocre, con un cielo inmensamente
azul que se tiñe de tierra cotidianamente.
Los matlachines de Bilbao en el atrio de la iglesia de Santiago Apostol, Viesca, Coahuila
Una comarca que
alberga a hombres y mujeres con surcos en sus rostros, con rodaderas que
vagan por las carreteras, con “cerros altos y pelones”, con lagartijas,
tortugas y danzas endémicas. Pero aún así, aterrada y casi fantasma en algunos
de sus rincones, es hermosa y merece este y muchos murales más.
Los pintores estuvieron en la develación de su
mural, se tomaron fotografías con las autoridades del estado, salieron a la
calle, se mezclaron con la gente que iba a la iglesia de Santiago para ver a
los danzantes de caballitos y a los matlachines de Bilbao, compraron un raspado
de vainilla y se despidieron, había que regresar a casa, a seguir con la
discusión que les vio nacer y que les seguirá motivando para pintar: ¿cuál es
la identidad de los laguneros?
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