La fiesta total para comenzar el año ¿se puede pedir más?
Así fue el Concierto de Año Nuevo de la Camerata de Coahuila. Un buen augurio
sin duda alguna. Los músicos felices durante toda la noche, Manuel Portilla
aplaudió al final, nuevos músicos en la orquesta y, lamentablemente, butacas
vacías.
Música vienesa, la más bella del mundo, noche para bailar,
para salir a la calle y ser felices en medio del frío y una sesión con la
Camerata de Coahuila que es apenas la señal de que viene una gran primera serie
de la temporada 2015con una orquesta que ya creció y coloca tranquilamente 49
músicos en el escenario del teatro Nazas, entre ellos caras nuevas para algunos
espectadores, como el primer trompeta Javier Navasquillo, las dos simpáticas
violas: Ana Arnal y Úrsula Amargós –que será solista el 22 de mayo bajo la
batuta de Mario Rodríguez- o la violinista Sara Bayona.
El público casi tarareó parte del concierto, reconoció
varias de las composiciones de Johann Strauss Jr. Josep Strauss, Franz Von
Suppéy Jacques Offenbach en una noche alegre, que mantuvo el programa de forma
intensa, como si se estuviera en una sala de baile en el siglo XIX, quizá es la
Camerata de Coahuila que quisieran escuchar siempre muchos espectadores de la
región.
Una orquesta alegre, romántica y con programas que invitan
al baile y con autores que dejaron un legado divertido, ligero y que está
vigente a pesar de todos los cambios que se han visto en los últimos 150 años
en el arte de la música. Es una faceta en el complejo mundo de armar una
temporada con temas para varios tipos de público y que requiere de una
moderación para que el equilibrio se de y se acerque más público a la orquesta
, esto último es necesario a 20 años de fundada la orquesta y en una metrópoli
con más de 40 instituciones de educación superior.
Esta noche del 16 de enero de 2015 se escuchó música ligera,
muy alegre y que ha derivado en otros ritmos y modas, valses, polkas y
oberturas que son ampliamente conocidas porque la cultura popular hace uso de
ellas casi indiscriminadamente en comerciales, fiestas, películas y comics; eso
crea públicos, acerca a los amantes de la música y consolida a la orquesta que
ahora tiene trombones, más trompetas, villas y percusiones, un grupo que ha
dejado de ser camerata y se encamina directamente a ser una sinfónica.
El programa inició con la Obertura Pique Dame de Franz Von
Suppé, la segunda parte también inició con una obertura, la Cavalleria Ligera,
del mismos Suppé y la noche terminó con gran ritmo al incluirse la Obertura a
Orfeo en los Infiernos, de Jacques Offenbach, baila, baila.
En la segunda parte se apreció una parte muy emotiva, el
vals Emperador, la polka Gallopa de los bandidos y la polka Annen, de Johann
Strauss Jr, quien vivió el climax del vals vienés a mediados del siglo XIX, fue
el momento cumbre del concierto. Lo demás no desmereció este subrayado.
La Camerata de Coahuila mantiene una relación amable con su
público, ahora es el momento ideal para que la sociedad en su conjunto responda
a la iniciativa de contar con una orquesta de gran nivel y si bien la
iniciativa privada y el gobierno aportan dinero, también hace falta el público
en sus butacas, son 1,400 y apenas si se ocupan la mitad de ellas, en ocasiones
solos asisten 550 personas.
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