miércoles, 27 de junio de 2018

Yi Yi el cine como la vida

Ha sido considerada como un canto al cine y a la vida misma, una obra maestra del desaparecido taiwanés Edward Yang, la mejor película del año 2000 y un estupendo ejemplo de narrativa visual. Hablo de "Yi Yi", una especie de cuento de hadas cinematográfico, donde la magia está en saber contar pequeñas historias que en su conjunto crean un gran mosaico de personajes y situaciones coloquiales.

La película cerrará el sábado 30 de junio y el domingo 1 de julio, a las 16:00 horas, el ciclo "Ensamble Actoral" del cine club Cuadro por Cuadro que organiza cada fin de semana el Museo Arocena; Es una oportunidad para apreciar cine de la llamada "Nueva Ola de Taiwan", una película sencilla que, a la manera de "Comer, Beber, Amar", de Ang Lee y "El Club de la Buena Estrella", de Wayne Wang, presenta una anécdota cotidiana sobre una familia de clase media que es al mismo tiempo muy Taiwán y universal.

"Yi Yi" es un estupendo ejemplo de películas corales, en ella el protagonista, Nien Jen (Wu Nien), es un informático que teme perder su trabajo y anhela laborar con un lider en su ramo, vive con su esposa Min-Min (Elaine Jin), sus dos hijos y la suegra. Todos son felices pero un día...

La trama de "Yi Yi" presenta a una familia funcional que de pronto ve su pequeño mundo en crisis; la historia es el pretexto para que Edward Yang, director también de "Un brillante dia de Verano" y "Confusión Confusiana", de al espectador una hermosa clase sobre cómo hacer cine.

"Yi Yi" le dio a Yang la Palma de Oro de Cannes por mejor director y El Globo de Oro de Los Ángeles al mejor filme extranjero; pero sobre todo le dio la satisfaccios de lograr una historia redonda, maestra. Como ejemplo la secuencia donde NJ recuerda el momento en  que tomó por primera vez la mano de su novia de juventud, mientras vemos la narrativa paralela de su hija Ting- Ting durante su primera cita, el acompañante la toma de la mano al cruzar una calle.

Otro detalle mas, la pareja de jovencitos platica en un café y el cita a su tio sobre la transcendencia del cine en las personas: "el cine nos ha dado la oportunidad de vivir tres veces, nos ha dado el doble de lo que sacamos de la vida".

Es una lástima que Yang muriera joven, apenas a los 59 años, no tendremos más dialogos maravillosos, ni historias humanas, poéticas y llenas de cine.

Se acaban los ensambles actorales, adiós al ciclo de la hermosa rubia en la Fuente de Trevi, la familia extendida diciendo groserías en La Marquesa, las pandillas de las favelas dejadas de Dios, los sicarios que beben malteadas, las hermosas ocho mujeres y los adolescentes orientales. Fin.





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