jueves, 31 de agosto de 2017

Tras la tormenta todo siguió su rumbo

Hirokazu Kore-eda no tiene piedad por sus personajes, Ryota no tiene remedio, quizá la frialdad de la hermosa Kioko tiene razón de ser, pero lejos de ser su salvación es una herramienta que la aleja de una relación afectuosa y formativa con Shingo, su hijo. Y el perdedor de esta historia es un niño que ama a sus padres y no puede intervenir para que las cosas vayan mejor.
El director japonés nos dice, este es Ryota, simpático, que no aprovecha sus virtudes para salir adelante y se desliza en un resbaladero sin ninguna resistencia. Y a partir de ahí estructura una anécdota intimista que impresiona al espectador con una serie de detalles que muestra detalles de una estructura social que se desmorona irremediablemente.
Enmedio de esta relación enferma, está la madre de Ryota, una abuela afectiva que es el equilibrio de la familia disfuncional que, sin embargo, no podrá remediar la vida suicida de su hijo, ni ayudará a que la nuera regrese al hogar.
La película es "Uno York no nada fukaku", el filme de
Hirokazu Kore-eda que formó parte de la 62 Muestra Internacional de Cine que proyectó la Universidad Iberoamericana Torreón con el apoyo de Cinépolis Galerías.
"Tras la Tormenta" es un filme que busca respuestas a las relaciones familiares del Japón actual donde la familia también está en crisis, las relaciones también se extienden a las grietas inter generacionales, y lo hace con un puñado de excelentes actores, Hiroshi Abe como Ryota, el jugador compulsivo que busca pretextos para ser un perdedor, la hermosa Yoko Maki como la ex esposa de Ryota, la mujer joven que no está dispuesta a soportar a un hombre destinado al fracaso; la excelente Jirón Kiki como la abuela que utiliza todos sus recursos para que Ryota vuelva a tener una familia y el niño Taiyo Yoshizawa como Shingo, el hijo de Ryota y Kioko.
La cinta funciona muy bien con una anécdota mínima, grandes actores y situaciones creíbles, "Tras la Tormenta" evita los trucos dramáticos y explora situaciones límite y nunca pierde el control de una historia pequeña donde la emoción es el punto de partida y de llegada a pesar de que las apariencias muestren otra cara de la familia actual, cada quien debe seguir su camino, no hay remedio
.

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