DEL TORO DENTRO DEL MONSTRUO COMERCIAL

El problema no son los seres marginados creados por Guillermo del Toro, el verdadero problema son los seres que manipulan los hilos de la estructura social capaz de hacer negocio con su propia alma.
El director jaliscienses de "Cronos", "Mimic" y "El Laberinto del Fauno" recibió el Oscar de la Academia de Hollywood en una noche desafortunada con malos chistes del conductor, algunos mensajes muy emotivos, como en de la legendaria Frances McDormand y una baja de casi 18 millones de televidentes de acuerdo al conteo de 2014.

Ahí están pues los polos que desconciertan a quienes quieren creer que el Oscar es el premio mas importante del mundo, sin ver qué es el resumen de todos los festivales y reconocimientos de gremios y organizaciones internacionales que incluyen a los sindicatos del gremio.
Esa es la esencia actual de esta ceremonia devaluada, capaz de comerse su cola y de ceder ante supuestos de equidad, inclusión y otros discursos que la Academia adopta y que pueden ir del hombre contratado para atravesar el escenario sin ropa alguna, hasta el rechazo a cualquier tipo de discriminación en el sector del cine.
Luego de la ceremonia, del Toro dijo que con "La forma del agua", se cerró el ciclo iniciado diez años antes con "El laberinto del Fauno".

El director que está en la cumbre tiene 25 años creando seres marginales que luchan por sobrevivir a una sociedad hostil que los rechaza y les quiere aniquilar.
El artista crea historias donde aparentemente no se agrede a nadie y se manifiesta una extraña fascinación por los monstruos, esos seres deltorianos son la expresión del realismo mágico que sí dicen cosas y son parte de un discurso que no ha cambiado con el tiempo.
Negocio es negocio, adaptarse para continuar con sus privilegios, que las cosas cambien para que continúen igual.

El cine es otra cosa y la "mafia" mexicana de Del Toro, Iñarrotu y Cuaron lo saben.
Cuatro Oscar  de trece nominaciones , dos de ellos los más importantes de la noche. Ese fue el resultado para del Toro al final del día en Los Angeles, luego se fue a festejar con sus cuates y seguramente a brindar con ellos porque en la misma Meca del monstruo mercantil, han logrado demostrar que el cine seguirá vivo, y premiado, a partir de su sustento: la imaginación.