La cinta de más de 2 horas de duración, es una gran lista de quejas, todas justificadas, contra la sociedad de consumo que es capaz de morderse la cola una y otra vez.
Ostlund estructuró su discurso a partir de anécdotas reales sucedidas 2 años antes de la filmación, algunas de ellas personales y su historia no solo es creíble, sino familiar para el espectador. Los carteristas disfrazados de víctimas, los egoístas postmodernos disfrazados de samaritanos humanistas, los espectadores de la mediana y alta burguesía, de museos y galerías de arte, que actúan como títeres digitales y la sociedad insensible que no escucha, ni ve, la necesidad del otro y que solo voltea a verlo cuando lo necesita.
La película se alarga innecesariamente, pero ese metraje extra resulta un postre para los espectadores que podemos ver más ejemplos del cinismo y de la irresponsabilidad social de los que más tienen y aunque Ostlund deja en el aire la conclusión de varias secuencias, el filme cumple su cometido de
llamar la atención sobre la conducta de una parte de la sociedad aburrida, delirante, que no tiene medida para nada y que además, tiene el poder.
Estas secuencias inconclusas a propósito, dan un toque macabro a la historia, algunas de ellas son el el encuentro sexual entre Christian (Claes Bang) y la hermosa Anne (Elisabeth Moss), las niñas perdidas en el centro comercial, las consecuencias del performance salvaje, absurdo, desquiciado, en el museo y el destino del niño que reclama a Christian una disculpa por su terrible conducta y acusación.
En apariencia, y muchas personas se van con esta señal, "The Square" es un yo acuso al ridículo del arte conceptual en la actualidad y de la conducta snob de la clase gobernante ante este arte que no entiende y no tiene intención de entender, pero que patrocina porque le da prestigio y le permite aparecer en la alfombra roja cuando hay inauguraciones.
La cultura de las apariencias está retratada acertadamente, la rueda de prensa luego de los 300,000 clic al video del museo, es un ejemplo de ello. En la sala se da un debate bizarro donde cada persona está en su propio canal.
Finalmente, "The square" es una película impecable en su producción y diseño artístico, a pesar de su exceso de minutos y de secuencias, funciona como una alerta a una cultura mediatizada donde todos reaccionamos conforme alas campanitas, el cencerro del buey que va delante de la procesión.
Las actuaciones van de un naturalismo extremo por momentos, a pasajes enteros que parecieran de teleserie europea.
La cinta de Ostlund ganó la "Palma de Oro" de Cannes el año pasado. Ostlund estuvo nominado al "Oscar" hace un año por "Fuerza Mayor" y este mes de nuevo pudo llevarse la estatuilla dorada por esta cinta, pero regresó a Suecia con las manos vacías, aunque tiene el "Goya" por la mejor cinta del viejo continente en 2017.
El director de "The guitar mongoloid", "Involuntario" y "Play", logró sus objetivos, escandalizar con una historia fuerte, cruda y muy crítica de la cultura que le tocó vivir, narrar una historia muy personal y lograr un producto fílmico impecable.
La Muestra continuará este lunes 12 con la proyección a las 17:00 y 19:15 de "Una bella luz interior", ahí nos saludaremos.
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