martes, 16 de octubre de 2018

Khashoggi, Jamal, ¿Desapareció solito?

Lo que sucede en Estambul, Turquía y Riad, Arabia Saudita, es el colmo del cinismo, el ejemplo extremo y vegonzoso del descaro con el que se maneja el poder, que corrompe, miente, mata, desaparece opositores y sonríe descaradamente a las cámaras.

Estoy indignado, el periodista saudí Jamal Khashoggi, entró el martes 2 de octubre  al Consulado de su país en Estambul y ya no salió; Hatice Cengiz, su novia, lo esperó afuera de la sede diplomática durante 11 horas y entonces avisó a Erdogan, Presidente turco, de los hechos.

Khashoggi es -o era- un periodista cercano al poder en su país, un mal día decide salir de Arabia Saudita y refugiarse en la Unión Americana desde donde incomoda al régimen, sobre todo al Príncipe heredero: Mohamed Bin Salman, lo hace desde las páginas del Washington Post.

Turquía dijo que Khashoggi fue asesinado en el interior del consulado saudita, Arabia dice que el periodista terminó su trámite civil y abandonó el recinto y Estados Unidos envió a su Secretario de Estado para presionar al Reino Saudí y obligarlo a que diga lo sucedido.

Varios países presionan a los árabes con boicotear una reunión de inversionstas, varios países árabes presionan con boicotear a los que boicoteen a Arabia Saudita.

Esto quiere decir que los poderosos pueden torturar, matar a un disidente que además los grabó, y no pasa nada.

El peor momento de todo esto es la risa burlona del saudita mientras recibe al diplomático estadounidense Pompeo.
¿Y la ONU? ¿ y la Corte Internacional?  ¿y los tratados internacionales?

Es una vergüenza que esté pasando todo esto, desaparecieron a un periodista en las narices de todos, a plena luz del día. Turquia cierra el círculo para presionar, Estados Unidos acude al teatro para representar su papel económico de super policía con las manos sucias. Arabia Saudita dice -literalmente- aquí no ha pasado nada

¿Y los derechos de Khashoggi?

¿Qué mundo estamos dejando a los jóvenes?

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